Nunca me sentí irritado por ese veinticuatro de marzo. Al menos fue un día muy distinto comparado al de hace un año, pero siempre lleva ese toque extraño nada rutinario que me acecha como hormigas en el brazo. Sentí nuevas sensaciones y casi todo el aprecio recibido fueron de nuevas personas que me saludaban por primera vez en mi vida. No recibí ningún regalo del que yo deseara tanto, y que bueno que resultó así. Siempre odié mi cumpleaños y debo confesar que nunca me detuve a interrogarme qué es lo que me irrita en realidad. Fuera de eso último creo haber disfrutado el antes, durante y el después de ese singular veinticuatro.

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Antes de llegar a ese día viajé sin rumbo con mi bus favorito: la 73 B. Fue un viaje de una hora y media ‘aprox’ hacía Chorrillos, nunca imaginé llegar ahí, tan sólo subí al bus y que me llevara lejos de casa, de la visita de mi tía y todo su batallón. De viaje en ese enorme y rectangular bus verdoso, soporté mi tránsito sin música pues olvidé recargar la pila para el mp3. Terminé deambulando en el Plaza Lima Sur.
Vuelvo a casa minutos antes del veinticuatro. Tomo asiento muy al borde de la cama. Muy inquieto, un presentimiento me acorrala el cuerpo. Observo, ya son más de las 00:00 hrs. Que miedo, llegó el veinticuatro y no me avisó. Vibra el Nextel y yo por dentro ‘¿quién diablos será?’ (tranquilo, recuerda es tu cumpleaños). Fue mi primer saludo a tan solo escasos minutos de ese veinticuatro. Mi amiga ‘Prado’ que regresaba a casa, transmitía sus afectos vía radio desde un alborotado bus limeño (“lleva, lleva” creí escuchar por ahí). Gracias ‘Prado’. Entonces pensé que ese veinticuatro no sería igual al anterior. No son ni las 00:15hrs y ya coseché mi primer saludo. “Yeeeh”

Amanece. Mi madre me despierta con un beso divino y me recuerda mi cumpleaños. Tengo la escena borrosa en mi cabeza: sus labios apretujados intimaron en mi mantequillosa frente (me convence que me quiere y yo la quiero). Vuelvo a dormir. Nuevamente algo sucede mientras abordo el límite de un sueño y lo real; es ‘Myla’, mi hermana, que siempre me engríe y no le sale (esta vez estuviste cerca). ¡Uy! Se hace tarde, me levanto y como quien va al patíbulo me dirijo a la ducha para luego teletransportarme al trabajo. ¡No! Papá se pone en mi camino y no me deja pasar hasta que disfrute de un abrazo tipo ‘Popeye el marino’. ¡Wao! Casi las 07.30hrs y ya tengo cuatro saludos a mi favor.
Disfruto un desayuno veloz esperando que mi hermano ‘El Artista’ no se despierte pues todavía conservo el síndrome de rehusarme a los afectos de mi propio onomástico. Voy al paradero, tomo El Rápido (¡mentira! No es muy rápido). Vibra el Nextel: es la alerta de mi buen amigo ‘Osniu’ (colega y futuro socio) quien se atreve a saludarme en el trajín de un bus repleto y sudoroso. “¿Cuantos saludos vas?” interrogó en sentido de broma.

Vaticiné y acerté de cómo serían las cosas en la oficina: no hubo saludos al verme. Todos conspiraron contra mí. Llevan en sus jugosos cerebros un plan cumpleañero. La ‘Mujer de nadie’ (pequeño motor del área contable) desafía a los muchachos de Marketing y delante de ellos rompe el silencio macabro y cede un saludo para mí, los pocos presentes son sorprendidos con el lindo gesto de desprendimiento afectivo de la ‘Mujer de nadie’.
Nuevamente ese aparatito llamado Nextel rompe el silencio, contesto y se escucha un improvisado ‘Happy Birthay’ cantado por mi jacarandosa amiga ‘Romero’; ella me ofrece un canto de lo más lindo con su voz siempre risible (la verdad que fueron mis nervios los que hicieron que te colgara). Charlo con ella y me deleita con su amistad.

Escribí en mi agenda:
“Casi un cuarto de siglo. Por lo pronto parece ser mejor que el año pasado. Conspiraciones, todos conspiran contra mi. Se forma un reloj (Tic, Tic, Tic…) Esperaré”.

Es más del medio día. ¿A qué hora seré atentado por sus gargantas?

“3.22pm Miedo”

¡Diablos, si realmente no se acuerdan de mi cumpleaños? ¡Qué roche!

“4.23pm Me siento encerrado, casi exhibición”

Soy un escuálido objeto de su exhibición. La vitrina luminosa me ha de llamar.

“4.50pm Pastel, quiero huir”

Realizo mis pendientes mientras irrumpe un grupo armado con una caja muy sospechosa de llevar calorías dentro. ¡Venga que me hace falta! Tan sólo era ‘Prado’, ‘Romero’ y ‘Beto’ pertrechados con una torta en caja. Sus saludos de radio se convierten en físicos y se añade Beto al abrazo “¿Cuántas primaveras?” parece que alguien se quedó varado en el noveno mes del año pasado. Luego de tal desubicada se acerca ‘El increíble hombre USB’ y ‘El webmaster’ a felicitarme con sus brazos desnudos sin regalo.

Observo una torta en su dulce esplendor emancipada con una velita en forma de interrogación. Es un queque humildemente húmedo que lleva el nombre que el destino me hurtó con suma inteligencia. “Un, Dos, Tres… Happy Birthay…” y la timidez me inundó, las manos y los pies no soportan una muestra de cariño tan especial. Supuestamente debería ser la vigésima cuarta vez que escucho una canción de cumpleaños para mí, pero no es así. El ‘Happy Birthay’ fue lo máximo, verlos a todos ahí alrededor de un queque, atendiendo un nuevo cumpleaños.

“4.59pm Soporté un Happy Birthay”

“Soportó la cantada” manifestó ‘El increíble hombre USB’. Después de soplar esa velita incógnita ‘La jefa’ balbucea un saludo y sólo entendí lo último “Que la pases bonito”. Voy al cuarto píso para lavar mi gigantesca taza y la voluptuosa ‘Susan’ me envía una frase de cumpleaños. De vuelta a mi lugar recibí la visita de la persona que me ampayó un domingo en las boleterías del cine, ‘Martha’, y me dice “Mishel, feliz cumpleaños"; minutos después hace lo mismo ‘Ely’ y otros minutos más tarde viene hacía mi la madre de ese niñito juguetón del cual siempre olvido su nombre, ‘Rous’.

No me percato de las llamadas perdidas en el Sagem 401L. Entonces concluyo en una situación curiosa, que seré yo quien propiciara mi saludo número dieciséis y que sería el último del veinticuatro. Llamaría para ser saludado y no me esfuerzo mucho para coger el móvil y llamar a ‘Cenid’ que me contesta con un extenso “Feliz cumpleaños” al cual yo asimilé con un “No, que miedo, gracias”. Yo estático y ella girando en mercados comprando una película que le dejaron de tarea, se escucha la transacción con un vendedor de videos “Vale tres soles cincuenta”. Hablamos del interés que tengo sobre ese libro de Javier Marías ‘Miramientos’ (No recuerdo bien, ¿me lo comprarás?). Los deberes me impiden seguir “Te llamo en unos minutos para seguir hablando porque tengo que entregar unas cosas” dije, pues un proveedor me esperaba para entregarle el diseño de Mouse Pad de color rojo que nunca me agradó, lleva la imagen en vector de ‘Josephine’ en pose pop. Esa noche no volví a hablar con ‘Cenid’.

‘Osniu’ me vuelve a llamar al Nextel y pregunta por la cantidad de saludos que hasta ese entonces he acumulado; él trabaja en el distrito vecino, a unos minutos de aquí y existe la posibilidad de encontrarnos pero parece que ‘Prado’ y ‘Romero’ tienen pensado alguna salida para mí.

“7.52pm ¿Entrará? Mmm”

Suena el Nextel que parece ser más solicitado que yo. Recibí un mensaje de texto y aguardan silenciosos mis dedos en el teclado color marfil.

Antes de partir con ‘Prado’, ‘Romero’ y ‘El increíble hombre USB’ a comer unas hamburguesas en San Miguel, me irradio de sentimentalismos y tomo por excusa un cumpleaños desapercibido para mostrar el afecto infinito que le tengo al grupo y les escribo:


From: [ ]
To: ‘El increíble hombre USB’ ; ‘El webmaster’ ; ‘La jefa’ ; ‘Prado’ ; ‘Romero’
Sent: Monday, March 24, 2008 9:06 PM
Subject: abrazos de queque húmedo


Abro el Outlook y no escribí esto:

Veo la mutilación de lo que parece un 'torticidio', una mutilación a un queque humildemente húmedo.
¿Qué culpa tendrá dicho alimento? respondo: mi cumpleaños.
Tiemblo en forma de un 'santo' sorprendido.
Y pocas veces he percibido un saludo en grupo fuera de casa. Es la segunda vez.
Debería confesar que me intimidé al canto.
No me toque los ojos, no supe si lloré.
Sus palmas aceleraban lo que vendría a ser un corazón. Acción.

Sabía que esto iba a suceder.
No pude evitarlo.
Escondo el sentimentalismo, no quiero parecer a mamá.

Ustedes no leyeron esto.

Afectos y abrazos de queque húmedo
[ ]



Y así pasé un veinticuatro más. Estoy vivo, no me suicidé: tener veintitrés es una desgracia de la cual ya pasé y no sufrí de un cuadro estadístico. Soy aún joven a unos centímetros de la adultés, metros de la vejez y kilómetros por viajar. Ya casi un cuarto de siglo en mi vida. Cumplí veinticuatro un veinticuatro y aún sonrío.

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boomp3.com

001.- Un pedazo de queque humildemente húmedo. El plato se lleva el premio.

002.- El 'torticidio'. El queque tomará venganza, ni dudarlo. Me cae bien ese cuchillo de plástico.
003.- 'El increible hombre USB' nos enseña otra manera de usar el USB. ¿Existirá 'El increible hombre SD'? Realicen sus apuestas.

004.- 'Romero' y 'Prado'. Nunca pensé de ustedes esa amabilidad hacia mi. Abundantes gracias.

005.- Si existió el 'torticidio' también existió el 'hamburguecidio'.
006.-Bueno Osniu, ese fue el tan esperado post de mi cumple. Saludos a mi único fan.

1 Comment:

  1. Anónimo said...
    Asi es!!! tu cumpleaños fue muy esperado para nosotros... Un abrazote RICKYYYYYYY te lo mereces.. y GRACIAS por todo!!

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